sábado, 30 de abril de 2011

Tradición y modernidad británicas

Frente a la turbulencia actual del continente, [Inglaterra] ha querido afirmar las normas permanentes que regulan su vida. Nos han dado una lección más. Como siempre, ya que siempre pareció Europa un tropel de pueblos -los continentales, llenos de genio, pero exentos de serenidad, nunca maduros, siempre pueriles, y al fondo, detrás de ellos, Inglaterra... como la "nurse" de Europa.


Ya lo he citado en otra ocasión aquí porque me parece brillante, un ejemplo de lo que pasó ayer en el Reino Unido con la boda Real entre el príncipe William y Catherine Middleton. Ortega se hacía eco aquí de un acto de coronación. Lo cierto es que ayer el Reino Unido dio un espectáculo de tradición y modernidad al mundo no con una coronación sino con una boda.

Por alguna razón, probablemente muy relacionada con la forma de ser de los británicos, el Reino Unido es un país lleno de contrastes, donde las tradiciones más antiguas conviven con la contemporaneidad más avanzada sin que ellos parezcan contrariarse. Ayer contemplamos como Kate Middleton fue entregada, casi literalmente, al Príncipe William, en medio de una ceremonia religiosa que contaba con la presencia desde monarcas del mundo a los siempre extravagantemente vestidos Beckham (con título nobiliario y todo) o a Elton John y su pareja civil. Todos juntos en una exquisita muestra de refinamiento, tradición, moda y elegancia en plena expresión de lo “britishness” y ante la admiración del mundo para enseñarles a todos que el futuro Rey de Inglaterra contraía matrimonio con una chica mona de clase media-alta.

Y es que al margen de las protestas por los recortes, de la mala situación económica y de toda la situación de crisis que está viviendo el mundo, los británicos ayer estaban de fiesta y es que, a pesar de todo, resulta difícil sino imposible pensar en otro régimen más estable que la monarquía británica. Más allá de lo que pase en Europa continental, más allá de la crisis de deuda pública y las vicisitudes políticas de la UE, los británicos seguirán aquí, en el Reino Unido, viviendo los tiempos y recordando, de tanto en tanto, que el pasado está ahí, que lo intrínseco que ellos tienen permanece con su “Union Flag”, sus “poppies” y, cómo no, con la “Royal Family”.


¿Un rey Guillermo y una reina Catalina?
Timothy Garton Ash
El País, 29 de abril 2011

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