jueves, 29 de julio de 2010

martes, 27 de julio de 2010

España recupera credibilidad internacional gracias a los test de estrés

Después de tantos ataques especulativos contra la economía española por parte de los mercados, parece que algunos factores empiezan a facilitar la recuperación de credibilidad internacional por parte de nuestra economía.

Leo en expansion.com que es opinión del rotativo británico Financial Times que España está haciendo correctamente sus deberes en lo que respecta a la reestrcuturación del sistema financiero. Aunque se haya pasado por alto, es cierto que es de los pocos campos en que gobierno y oposición llegaron a un acuerdo, lo cual demuestra que debiera imitarse esa actitud en otros asuntos.

Además, eso demuestra también que mientras que la macroeconomía española puede presentar cifras inciertas de cara al futuro, las grandes empresas cuentan con un bagaje sólido y unas perspectivas alentadores. Tal es el caso de Santader y BBVA, como se ha demostrado con las pruebas de estrés. Sólo cabe esperar que la aportación positiva de estos grupos permite arrastrar hacia adelante al resto del país.

Esto es lo que opina Financial Times:

Los tests de estrés siguen una pauta que ha resultado obvia desde que se agudizó la crisis financiera en septiembre de 2008. La Unión Europea ha intentado abordar la situación del sistema financiero aplicándole remiendos- rescates, algunos planes de recapitalización muy poco serios e inyecciones de liquidez- en vez de resolver el problema.

Una excepción notable es la de España, que sufre la crisis más severa y donde se está llevando a cabo el intento más serio. Mientras en Madrid las pruebas de solvencia forman parte de una iniciativa política más amplia que quiere acabar con los problemas de los bancos, esto no es lo que ocurre en el resto de los países. Un test de estrés sin una estrategia para resolver la situación, ésta es inexistente fuera de España, carece de sentido.

La integración lingüística de la UE


Si hay algo evidente es que, a pesar de que aproximadamente el 70 % de nuestra comunicación es lenguaje no verbal, compartir un idioma ayuda mucho, especialmente, si se trata de compartir una cultura política, una campaña electoral, un escenario político. Por eso, la cuestión del idioma se ha planteado en la Unión Europea desde sus inicios y seguirá siendo, queramos o no, un tema controvertido.

Hasta ahora el modelo europeo se ha basado en la oficialidad de todos los idiomas de los Estados miembros excepto el Gaelico por expresa voluntad de Irlanda. Por otro lado, la UE tampoco ha pasado por alto la existencia de idiomas regionales. No cabe duda de que el plurilingüísmo es una realidad en toda la Unión. No sólo España cuenta con diversos idiomas y comunidades amplias de hablantes bilingües. No obstante, algún día llegará, si es que no ha llegado ya, el momento de plantear la necesidad de que la Unión cuente con un idioma político común que le dé cohesión y que permita el desarrollo de una integración federal con visos de éxito. Porque ¿quién se imagina unas presidenciales europeas en las que casi nadie de los 450 millones de ciudadanos europeos entiende a los candidatos ni los debates de televisión? Es más ¿quién concibe un debate televisado con intérpretes? Es impensable un escenario así. Por otro lado, en el contexto internacional en el que vivimos, contar con un idioma común no sólo sería una ventaja para la integración política y, en un sentido más amplio, económica y cultural; sino que supondría, además, todo un avance para los ciudadanos que contarían con esa lengua común como segunda o tercera lengua, después de las lenguas maternas. Es evidente que ese idioma común no puede ser otro más que el inglés.

Pero ¿como se puede avanzar hacia esa integración? y, lo más importante, ¿queremos esa integración? Es obvio que los países de la UE cuentan con múltiples mecanismos para lograr que, al fin, sus ciudadanos consigan hablar, al menos, el inglés como primera lengua extranjera. La primera herramienta fundamental es la educación. La integración europea del sistema de educación obligatoria es una exigencia sustancial para la integración en sí misma. No se trata ya de una cuestión meramente lingüística sino de una integración en contenidos. La homogeneización de contenidos básicos a nivel europeo debería ser la tendencia natural si queremos hacer de la movilidad social y geográfica una realidad. Las famosas libertades comunitarias seguirán siendo papel mojado hasta que no se logre un currículo escolar mínimo para toda la UE. El sinsentido está, por otro lado, en la tendencia inversa al localismo experimentado en este país en los últimos 20 años: tendencia que sólo busca aislar y hacer vulnerable al ciudadano europeo que se ve demasiado frágil y poco preparado para salir de su nacionalidad/región. La enseñanza de ese currículo mínimo deberá realizarse en su totalidad en inglés en todos los niveles de la educación obligatoria e indistintamente de la titularidad pública o privada del centro escolar. La Comunidad de Madrid está desarrollando con relativo éxito un complejo programa de colegios públicos bilingües que puede ser un ejemplo a seguir, aunque este proceso de adaptación nunca es fácil ya que supone un gran esfuerzo no tanto para los alumnos sino para los profesores, que deben aprender bien el idioma o incluso enfrentarse a la situación de verse reemplazados por profesores nativos.

Otras herramientas indispensables para esta integración lingüística son los medios de comunicación. La UE debería plantearse la posibilidad de dar concesiones a canales privados de televisión para que emitan en toda la UE y en inglés. Sin duda, los países miembros pueden ayudar donando generosamente a la UE varios canales públicos a tal efecto. Otra posibilidad nada desdeñable viene por la subvención de las entradas al cine para ver películas en inglés. Aunque todas estas medidas no servirían de nada si al menos la mitad de la escolarización obligatoria no se desarrolla en ese idioma y este es el principal sentido en el que hay que trabajar.

Pero ¿a qué problemas se enfrenta esta integración? En primer lugar, a la concepción romántica-nacionalista de los países miembros de habla no inglesa, cuyos ciudadanos y sus políticos pueden considerar una medida de este tipo como una “americanización” de Europa o, simplemente, como un ataque a la identidad cultural y lingüística de cada país. En el fondo, nada más lejos de la realidad, lo que subyace es el miedo a la propia ignorancia, al cambio y a la posibilidad de que una Unión Federal acabe con los privilegios de la oligarquía política y económica local (básicamente lo que pasa con las CCAA). Sin embargo, la posibilidad de contar con ese idioma común, lejos de ser una amenaza, es un añadido a nuestra propia identidad nacional y una oportunidad para residir en cualquier país de la UE sin sentir excesiva presión por aprender el idioma local. Es evidente que una transformación de esta magnitud puede tardar décadas en desembocar en una integración federal que haga de la UE un país cohesionado, pero dependerá de los ciudadanos europeos y, especialmente de esas oligarquías reticentes, que esa integración sea posible. Lo que es evidente es que toda la riqueza y el bienestar del que gozamos ahora en Europa puede ser un recuerdo dentro de cincuenta años. El eurocentrismo se acabó hace ya bastante, pero es que occidente está viviendo también su crisis sistémica particular. Si no avanzamos en la integración, es seguro que acabaremos a la cola de los países emergentes. Sólo es menester que la diversidad no destruya la prosperidad sin que la unidad acabe con la pluralidad.

sábado, 24 de julio de 2010

"Big Society": ¿una propuesta innovadora de David Cameron?


Recientemente, David Cameron ha presentado una curiosa propuesta que pasó desapercibida en la campaña electoral y que es cuanto menos curiosa. Recibe el nombre de Big Society y parece ser la propuesta estrella del Primer Ministro británico para devolver poder al pueblo, especialmente centrado en fomentar los proyectos locales: de las comunidades, de los vecindarios; proyectos en los que se interesen los propios afectados y que se muevan sobre la base del voluntariado, de organizaciones sin ánimo de lucro y empresas. Todo ello contará con la asistencia de los funcionarios en cuestiones técnicas y burocráticas, y con el apoyo financiero del dormant bank en el marco de una nueva cultura basada en la filantropía y de una reforma del sector público. Todo este proyecto que suena a la vez inconmensurable y utópico se va a poner en marcha en cuatro áreas que ya han presentado sus proyectos. No obstante, a pesar de lo bien que puede sonar este giro copernicano hacia la autogestión de las comunidades locales en ciertos servicios, hay varias cosas que no encajan:

(i) La primera es que es un proyecto que parte de la voluntad del planificador centralista, en este caso, del gobierno británico, lo que no le augura ninguna garantía de éxito ya que es más bien la propia sociedad civil y los individuos los que deben poner en marcha estos proyectos per se sin la intervención de una autoridad central. Para eso sí es cierto que se requiere que el Estado retraiga sus tentáculos y eso sí puede ser loable en este proyecto.

(ii) En segundo lugar, y esto puede sonar contradictorio con lo que he afirmado anteriormente, este plan no puede ni debe ser un pretexto para que el Estado deje de garantizar la asistencia en determinados servicios esenciales (sanidad o educación) sin que ello requiera, por supuesto, la titularidad pública de las empresas prestadoras de esos servicios. Lo que sí puede ser positivo es que se tenga en cuenta la opinión de las comunidades locales en la prestación de determinados servicios públicos, lo que también aparece incluido en el proyecto.

En cualquier caso, el proyecto parece una extraña retirada proactiva del Estado en determinados aspectos de la vida local que puede ser bien recibida siempre que dicha proactividad no resulte en un mayor intervencionismo solapado. Habrá que estar atentos, pues, a la evolución de este proyecto que, de salir bien, puede ser un ejemplo a imitar.

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Telegraph. 19 julio 2010

martes, 20 de julio de 2010

REDES: "Innovar copiando la naturaleza".


Este programa es toda una inyección de optimismo sobre las posibilidades de progreso que tiene la técnica por el aprendizaje de los métodos que emplea la naturaleza.

sábado, 17 de julio de 2010

Ejemplo de aplicación práctica del principio de jerarquía normativa y del principio de legalidad

Falsa Constitución Española.
Artículo X. Queda prohibido prohibir. Los poderes públicos tienen la potestad de recurrir a prohibiciones en el ejercicio de sus funciones conforme a la ley.

Falsa Ley de prohibición de la prohibición.
Artículo X. Los poderes públicos tienen prohibido prohibir. En cualquier caso, podrán prohibir en los siguientes supuestos:
1. Cuando lo requiera la protección del orden público.
...
n. En cualquier otro supuesto autorizado por la ley.

Artículo Y. Los poderes públicos podrán prohibir mediante reglamento conforme a lo dispuesto en esta ley.

Falsa Ordenanza municipal.
Artículo X. Queda prohibido salir con una botella de agua medio vacía de casa.

¡¿?!

martes, 13 de julio de 2010

La construcción de una dictadura: Venezuela (IX)

Una de las peligrosas bufonadas de Hugo Chávez que me habían pasado desapercibidas fue el desalojo del Ateneo de Caracas hace prácticamente un año (29 de junio de 2009). Y es que una de las políticas que está practicando el despótico gobierno de Hugo Chávez es el acoso a los Ateneos que no se han plegado a sus exigencias. Como era de esperar, este Ateneo lleva varios años sin subvenciones y desde el año pasado lleva una existencia más discreta una vez desalojado de su sede. Aunque lo peor en estos casos es la falsa retórica liberticida de este tirano contemporáneo, que, a pesar de tanto despropósito, pretende estar haciéndole un favor su pueblo y a la cultura con el desalojo del Ateneo.





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sábado, 10 de julio de 2010

La hora de José Mota: ¿cómo te sientes hoy?

La sátira política de José Mota se ocupa en este vídeo de los estereotipados roles clásicos de neocon y progres por un lado y, por otro, de la corrupción municipal en torno al urbanismo. Como es sabido, este hombre no da puntada sin hilo.


martes, 6 de julio de 2010

Roig i Negre (Rojo y Negro), 2006

El documental Roig i Negre (Rojo y Negro), de Dolors Genovès, 2006, fue emitido por la televisión catalana TV3 y narra el transcurso de un episodio muy particular y a menudo muy ignorado de la Guerra Civil española: la revolución anarquista de Cataluña.

En 1936, después de que se produjera el golpe de Estado de los militares reaccionarios, los anarquistas de la CNT y la FAI, que ya estaban preparados, abortaron el golpe en Cataluña, especialmente en Barcelona. Después de unos momentos iniciales de lucha y caos, una vez tenían controlada la situación, los anarquistas eran, paradójicamente, los amos de la situación. Fue así como se inició un experimento social sin precedentes: una revolución anarquista, la única que ha habido jamás. La experiencia estuvo, no obstante, muy condicionada por los acontecimientos. Sin dejar de lado la revolución, los anarquistas tuvieron que centrarse en la guerra. Cataluña salió al rescate de Aragón. La columna Durruti y otras columnas de milicianos anarquistas y poumistas se dirigieron al frente. Zaragoza, por desgracia, no pudo ser rescatada: las noticias que llegaban de la represalia franquista eran desoladoras. En la retaguardia anarquista, tampoco era oro todo lo que relucía. Tras un mes de represión, el clima se calmó. Los líderes llamaron al cese de los asesinatos políticos. Toda la organización social y económica, sin embargo, se vió absolutamente cambiada. Las fábricas eran autogestionadas por los empleados, el campo fue dividido y asignado bien a campesinos individualmente o bien a campesinos agrupados colectivamente... Sin embargo, las tornas se cambiaron cuando la URSS fue el único apoyo serio a la República. Stalin no estaba dispuesto a ver el triunfo de una revolución socialista antiautoritaria que cuestionara el modelo marxista de Estado socialista con partido único. Así las cosas, en julio de 1937, los comunistas ya eran lo suficientemente fuertes en Cataluña como para imprimir una huella autoritaria a la revolución y a la dirección de la guerra. El PSUC se había impuesto. El nuevo gobierno de la Generalitat estaba constituido y era operativo. La represión no tardó en llegar. Antes de ocuparse de la propia guerra, los comunistas del PSUC impusieron el orden totalitario tan del gusto del marxismo. Los anarquistas que quedaban se defendieron. Acabaron a tiros. De un lado, el último reducto de la CNT, la FAI y el POUM. Del otro, el gobierno, la Generalitat y los comunistas (básicamente la guardia de asalto). La revolución anarquista se había terminado, los que quedaron fueron a parar a cárceles y campos de concentración. La primera gran represión bien organizada no la conocerían del franquismo sino de los socialistas (PSOE) y los comunistas del gobierno (PCE y PSUC).

sábado, 3 de julio de 2010

La Historia de los Estados Unidos de América contada por Isaac Asimov


Isaac Asimov es bien conocido por sus obras de ciencia ficción e, incluso, aunque menos, por sus obras de divulgación científica. Sin embargo, también era un gran divulgador de la historia. Tiene numerosos libros escritos sobre este tema (Grecia antigua, Roma, Egipto, la formación de Inglaterra...). Entre ellos, se incluyen sus tres libros sobre la historia de los Estados Unidos, a saber, El nacimiento de los Estados Unidos (1763-1816), Los Estados Unidos desde 1816 hasta la Guerra Civil y Los Estados Unidos desde la Guerra Civil hasta la Primera Guerra Mundial.

Su gran rasgo como difusor de la historia es su claridad. Escribe de un modo muy trasparente y sirve de esa forma de una manera especialmente útil a aquellos lectores menos doctos en historia. Es, por tanto, una obra muy interesante para aquellos que quieran tener un primer contacto, en este caso, con la historia de los EEUU. No obstante, no hay que confundir esta claridad con la falta de rigor. Al tiempo que nos narra los acontecimientos históricos con una gran sencillez, Asimov nos ubica en el contexto histórico, sociológico, incluso cultural y científico en el que tiene lugar ese devenir histórico sin aburrirnos, por ello, con detallismos minuciosos que a la postre nos impidan ver el cuadro completo.

Por otro lado, en lo que respecta al contenido de esta serie, resulta interesantísimo acercarse a la historia de ese gran desconocido que es EEUU. Es frecuente en Europa, como en todas partes, que tengamos una visión estereotipada y simplista de ese país. Y, sin embargo, como nación, con toda la historia que tiene a sus espaldas, resulta ser fascinante. Sin duda, no es oro todo lo que reluce. A lo largo de la serie el lector descubre con amargura las manchas de esa historia: la persistencia de la esclavitud y la discriminación racista con la democracia; el exterminio y la reclusión de los indios en reservas cada vez más pequeñas; el uso y, a veces, abuso de la fuerza contra sus países vecinos, incluso contra la propia España en 1898; la corrupción política; la negativa a asumir inmigración culturalmente alejada... Y es que EEUU no deja de ser un país de mujeres y hombres, con sus imperfecciones y también con sus grandezas.

Después de todo hay algo que enamora en su historia: su capacidad para lograr el progreso individual y colectivo desde el más profundo respeto a las instituciones representativas que se han dado. Por ello, a pesar de todas las imperfecciones, siempre debemos recordar todos sus logros en materia de democracia y derechos humanos. Allí fue donde primero radicó la libertad religiosa en occidente, donde primero se declararon los derechos humanos con rango constitucional, donde primero se instauró un sistema representativo de plena soberanía nacional, donde se inició la lucha por los derechos de las mujeres... Lo que más me impresionaba conforme leía los tres libros era la inevitable comparación con la propia historia de España.

Nosotros aún seguíamos en el antiguo régimen mientras para ellos ya era una rutina acudir a las urnas cada dos años en legislativas y cada cuatro en presidenciales; cuando para ellos ya eran habituales las convenciones de los partidos para elegir candidatos a la presidencia; cuando ellos vivían ya bajo un régimen de opinión pública; cuando ellos ya tenían, no sólo los tres poderes bien definidos y separados (cosa que la historia demostró particularmente bien), sino también el cuarto poder. Mientras nosotros jugábamos a ser un poquito liberales entre pronunciamiento y pronunciamiento de espadones, ellos ya venían de vuelta y media en problemas que aún nos siguen siendo de suma actualidad: la inmigración, la corrupción. Ellos ya tenían periódicos que denunciaban a los políticos corruptos, a ellos también se les planteó cómo integrar a aquellos inmigrantes tan distantes culturalmente como los chinos o los japoneses, pasando por los más cercanos católicos mediterráneos e irlandeses. Finalmente, cuando uno contempla el avance de las ideas progresistas en la sociedad norteamericana de principios del siglo XX, se da cuenta de que no sólo hay personas adelantadas a su tiempo sino pueblos, países adelantados a su tiempo. Mientras Europa era corrompida por el socialismo y el imperialismo, mientras Europa se sumía en el desastre de una guerra fratricida y loca, Estados Unidos, su presidente pacifista, Woodrow Wilson, se dispuso a ayudarnos. Y lo hicieron. Sin ellos, Europa ya hubiera sido un erial prusiano desde 1918. Los catorce puntos de Wilson representan para mí la benefactora influencia que podía ejercer en Europa su antaño hermano pequeño. Una lástima que no consiguiera detener las ansias de venganza de Francia.

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Referencias bibliográficas:
  1. Asimov, Isaac: El nacimiento de los Estados Unidos (1763-1816) [The Birth of the United States 1763-1816, 1974], Alianza Editorial, España, 2008.
  2. Asimov, Isaac: Los Estados Unidos desde 1816 hasta la Guerra Civil [Our Federal Union – The Union States from 1816 to 1865, 1975], Alianza Editorial, España, 2007.
  3. Asimov, Isaac: Los Estados Unidos desde la Guerra Civil hasta la Primera Guerra Mundial [The Golden Door – The United States from 1865 to 1918, 1977], Alianza Editorial, España, 2008.
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