sábado, 28 de mayo de 2011

Cómo usamos internet

Internet ha abierto un mundo de posibilidades: nos ha dado la opción no sólo de acceder a cantidades enormes de información en todos los formatos sino de contactar y relacionarnos con gente de todo el planeta, pero ¿hemos cambiado verdaderamente la forma de relacionarnos?

A la luz de las reflexiones del padre de internet, se ha abierto una reflexión muy interesante. Muchas plataformas, entre ellas las redes sociales, funcionan por intereses, esto es, le ofrecen al usuario aquello que puede estar en su rango de interés o le presenta a aquellas personas que puede conocer en la vida real o con las que puede guardar una cierta afinidad. Sí, es una apertura enorme del rango al que antes estábamos limitados, debido a la manera en que ahora se procesa y cruza la información, pero, en el fondo, no ha cambiado nuestra forma de relacionarnos. Y la pregunta es ¿tiene sentido relacionarse de otra manera? ¿Tiene lógica que queramos pasar literalmente de aquello que se escapa a nuestro interés o, por el contrario, debería ser internet una forma de abrirnos la mente, de darnos acceso a información y a gente que mueva nuestro mundo, que nos ayude a evolucionar y a mejorar? En el fondo todo esto ya es posible, aunque probablemente, para muchos internet no es más que una mera extensión de sus grupúsculos sociales del mundo real.

La bronca del padre de la web, Tom C. Avendaño, 28 de abril 2011
POPetc

martes, 24 de mayo de 2011

Tabúes

El siglo XVIII está ahí. La ilustración ha pasado y ha pasado la revolución francesa, Nietzsche...… Y, sin embargo, ahí siguen los tabúes, en forma de Ídolos que el autor alemán consideraba en su crepúsculo. La realidad desmiente constantemente que haya un progreso o una evolución intelectual de la humanidad. El ser humano del siglo XXI puede seguir contemplando como el pensamiento mágico a través de la religión sigue influyendo nuestras vidas y limitando nuestra libertad de formas distintas en distintas partes del mundo según el nivel de religiosidad.

Sin ánimo de ser muy pesimista, un episodio que me ha llamado la atención ha tenido lugar en Madrid, donde una manifestación atea no fue autorizada en Semana Santa, con el refrendo de los tribunales, porque se entendía, entre otras cosas, que entraba en conflicto con el derecho de libertad religiosa y que podía generar alteración del orden público. Entre otras motivos, se alega que el recorrido contaba con numerosas iglesias católicas y nombres de calles de simbología católica (como si eso fuera novedad en España). Lejos de la broma que pueda parecer esto, lo cierto es que ha quedado en evidencia que la libertad y la democracia siguen siendo una quimera allí donde éstas topen con los tabúes populares y uno de esos tabúes lo sigue siendo dios, la iglesia católica y los rituales católicos. Del mismo modo que hay un escándalo y se tienen que retirar obras de arte cuando “ofenden la conciencia cristiana”. Tampoco un grupo de personas pueden ejercer su derecho constitucional de reunión y manifestación porque colisiona con el derecho a la libertad religiosa de los católicos (como si los ateos no tuvieran derecho a la libertad religiosa y una manifestación atea no debiera estar amparada, entre otros, por ese derecho).

Lo más “gracioso” de todo esto es que la "“liberal"” visión occidental nos llevaría a la paradoja de que un hecho similar en Turquía habría despertado las críticas feroces de los “adalides” de la libertad, que considerarían a los musulmanes que preservan sus tradiciones aplastando la libertad unos “salvajes” que ignoran los arcanos de la democracia y las libertades. Pero ya se sabe: “"el cristianismo y el islam no tienen nada que ver". La única gran diferencia es que esos “adalides” de la libertad, que tanto gustan de prohibir actos ateos en sus países occidentales y autorizar actos cristianos en terceros países, no ven la Semana Santa con la suficiente distancia y les puede el peso de las propias tradiciones. Al final, son incapaces de escapar de sus propios tabúes y es eso lo que les atrapa en estas contradicciones. Con suerte, el Tribunal Constitucional acabará manifestándose sobre este tema y, aunque tarde, podremos tener manifestación atea en Madrid un jueves o viernes santo. Si no, es que vivimos la ilusión de una democracia de prestado, muy liberal salvo cuando se toquen algunos resortes. A España no la reconocerá ni la madre que la parió, pero le sigue dando un aire.


El País. 20 de abril 2011

domingo, 22 de mayo de 2011

Vuelco histórico, necesidad histórica de reforma

El votante es un elector secuestrado, tal y como funciona el sistema, la gente vota porque si no, los demás eligen por él. Por eso es tan difícil que el voto en blanco llegue a algún sitio. Es la valentía de aquél con la distancia suficiente como para decirle al sistema, desde el sistema, que no le gusta, que ninguna opción es suficientemente buena para él. La mayoría, en cambio, opta por votar y, claro, en la coyuntura actual era difícil imaginar un escenario distinto que el de un vuelco electoral a favor del PP.

Esto no significa, en cambio, que el movimiento 15M no tenga nada que hacer o no represente ninguna voz. Si el PP y el resto de partidos entienden los datos de estas elecciones como un apoyo a como está funcionando el sistema, se equivocan. Me temo que en estas elecciones más de uno se habrá tapado la nariz para votar y lo habrán hecho, simplemente, para castigar al gobierno, al suyo y al central, para pasarle factura por la crisis económica, social y política. Sin embargo, los motivos que han causado el malestar que han llevado al 15M siguen ahí y ahora con más fuerza, ya que muchas de las listas con imputados han recibido incluso más apoyos. Pero no es un apoyo de los españoles a la corrupción (entenderlo así sería terrible, además de un error político), es un síntoma de desesperación, de unos electores que, atrapados en el bipartidismo, es más, atrapados en un multipartidismo corrupto (legal y políticamente), ante la presencia de imputados en distintas listas de diversos partidos, tienen que pasar ese detalle por alto con tal de seguir haciendo llegar el mensaje de castigo.

La fuerza de la democracia no sólo reside en la sensación de libertad y de control que confiere al ciudadano, más ilusorio que real, sino en la estabilidad que confiere un sistema electoral que aboga al ciudadano a tragar con lo que sea, lo hemos visto en estas elecciones más que nunca. El PP del perfil bajo ha arrasado, se regocija en una victoria que les anticipa el asalto a la Moncloa, pero que no se engañen. El pastel ya no es el que era y puede que cambie. De eso se trata el 15M, de cambiar el pastel que pueden repartirse los políticos.

La evolución del 15M

Hay un doble acierto en denominar al movimiento español 15M. El primero viene de no llamarlo mayo del 2011 en comparación con el mayo del 68 francés. Las diferencias son tan grandes, que cualquier comparación sería odiosa. El segundo acierto guarda íntima relación con el 14M. Esa fecha fue el nacimiento en España de una legislatura de crispación y hastío político que enrareció la atmósfera democrática hasta acabar, con la crisis económica, en el afloramiento de una indignación como nunca se había imaginado. Después del 14M viene el 15M y esa debe ser la fecha de la esperanza por un cambio político estructural que refunde y regenere nuestra democracia y aparte los hedores que hemos venido aguantando.

La cuestión ahora es qué pasará después de la jornada electoral de hoy, qué repercusión tendrán los resultados y cuáles pueden ser los riesgos en que puede incurrir el movimiento si se significa demasiado con un rama política concreta. Algunos sectores de la derecha se ponen nerviosos ya con el movimiento, parece que incluso más que el propio gobierno. Nos les gusta el asambleísmo y menos si hay rastas y perroflautas en ellos. Parece que les da miedo enfrentar algunas de las ideas que se están oyendo estos días en las plazas de España: nacionalización de la banca, expropiación de viviendas vacias... Algo es evidente, ni hay que asustarse por una discusión abierta de ideas y propuestas ni un movimiento que haga proposiciones claramente contrarias a los principios de libertad económica tendrá éxito. La gente ya no es idiota. Saben que el socialismo autoritario es una estafa política más, al tiempo que mucha gente desconfía también de la socialdemocracia y de los neoliberales, ambos expertos en aplicar el liberalismo para perjudicar a las clases medias y el socialismo para proteger a las élites (principio de privatización de los beneficios y socialización de las pérdidas).

El movimiento no debería, en cambio, centrarse en la reforma económica en este momento porque eso generará controversia, disensión y terminará por arruinarlo todo. Sabemos cual es la columna vertebral del 15M, lo que unirá a la mayoría y hará presión para una reforma profunda: el hastío con la clase política, el cambio de la ley electoral y el estrecho control de los políticos, especialmente de sus gastos a cargo del erario público. Todo lo demás tiene sentido que se discuta, pero no recogerá el consenso suficiente para presionar a favor del cambio. El movimiento 15M debería continuar hasta que se inicie un proceso para aplicar estos cambios políticos estructurales y ése debe ser su único objetivo. Si al menos conseguimos regenerar la democracia, habremos allanado mucho el camino para reformas de otro carácter que ya se discutirán en su día y que, en cualquier caso (como el del sector bancario), se escapan del alcance español.

viernes, 20 de mayo de 2011

¿Será la Puerta del Sol la nueva Tahrir?

A partir del primer minuto de mañana sábado, España puede parecerse más a Egipto y la Puerta del Sol a la Plaza de Tahrir por una sencilla razón: puede que veamos imágenes de civiles inocentes siendo desalojados por la violencia del Estado y privados, así, del libre ejercicio de su derecho de reunión y manifestación. Y es que la cuestión que se plantea es interesantísima en términos de ciencia política y derecho constitucional. Siguiendo una doctrina puramente positivista, el imperio de la ley dicta que los indignados sean desalojados, casi diría, cueste lo que cueste, incluso si eso implica una carga policial e iniciar una batalla campal.

Sin embargo, la historia nos muestra que la teoría no es siempre la práctica y que el poder de lo fáctico, especialmente en política, cuenta. Una acción violenta por parte de la policía para disolver las concentraciones en toda España, sería claramente contraproducente para el gobierno y podría incluso acabar mal para algunos responsables policiales si, al final, el Tribunal Constitucional, siguiendo su propia doctrina, avala la legalidad de las concentraciones. Por otro lado, esas acciones se volverían como un boomerang en contra del gobierno y, por extensión, del sistema. Las simpatías hacia los concentrados aumentaría y se resentiría la imagen internacional de España como país democrático.

Es evidente que la ley es la que es, que la decisión de la JEC también está ahí y que el Estado de Derecho es una garantía a preservar por todos porque nos da seguridad jurídica. Sin embargo, como en otros muchos acontecimientos de alcance histórico, donde lo que se dirime es la política al más alto nivel, las consideraciones de carácter jurídico-técnico pueden ser las más puristas, pero no siempre las más sensatas. Si el gobierno decide que se limitará a garantizar que las concentraciones no entorpecen el ejercicio del voto, la decisión de la JEC no se habrá cumplido plenamente, pero la Puerta del Sol tampoco se convertirá en el espectáculo lamentable de la represión policial de un movimiento pacífico y democrático en el nombre de la propia democracia. Espero que ante la tensión inconciliable creada por la JEC, que parece anteponer la supervivencia del sistema al libre ejercicio del derecho fundamental de reunión y manifestación, prevalezca el sentido común y no se perturbe el curso de la protesta en la medida en la que esto no afecte el ejercicio del derecho al voto. De lo contrario, veremos aflorar la verdadera naturaleza del Estado: la violencia.


La Junta Electoral prohíbe todas las protestas del sábado y el domingo
El Mundo. 20 de mayo 2011.

jueves, 19 de mayo de 2011

Revolución española. ¡Ánimo, indignados!


Los españoles no son muy dados a las revoluciones, normalmente las hemos hecho o intentado hacer tarde, pero siempre con más entusiasmo que cualquiera, a lo mejor porque cuanto más se han hecho esperar, más deseadas se han vuelto. Las escenas de la concentración de Sol y otras plazas de España y las espontáneas muestras de solidaridad de los vecinos con los indignados trae ecos de un pasado revolucionario español tan apasionado como infructuoso, pero aporta, al tiempo, un aire fresco que promete algo distinto porque, en origen, es un proceso distinto.

Los españoles no luchan ya por la democracia en un régimen hostil o por sus ideologías en un régimen democrático, ahora se muestran unidos, en la izquierda y la derecha por una alterdemocracia en un régimen democrático con serias carencias y unas instituciones que han fracasado manifiestamente, lo primero de todo, en lo importante, que es representar adecuadamente al electorado y mantener un buen control sobre el poder político. Después de todo, democracia es libertad y representación, no corrupción, hastío ni arrogancia política.

El pasado sábado analizaba muchos aspectos del manifiesto de "Democracia Real Ya” que no me gustaban, pero resaltaba la necesidad de que se iniciara un proceso de protestas un día sí y otro también” porque sólo una amenaza real a la estabilidad del sistema es capaz de impulsar los cambios necesarios para regenerar esta democracia. Ese proceso ha comenzado y me gustan sus formas y su enfoque. Lejos de las afirmaciones desconcertantes del manifiesto de "Democracia Real Ya", los asambleístas de Sol ya han dejado claro que no están ahí para discutir reformas concretas propias de las ideologías sino para hacer constar tres puntos esenciales para instituir una verdadera democracia en España. Lejos de replicar las viejas dualidades conservador-progresista que han desgarrado España, todos van ahora de la mano para que el sistema cambie y el que vaya a gobernar, sea el que sea, no tenga barra libre del abuso de su posición y represente más fielmente al electorado. Todo ello para recordarnos ese espíritu de la transición que ahora no se verá ensombrecido ni por el poder del ejército ni de la Curia.

Las prohibiciones de las Juntas Electorales son la esperpéntica contradicción de una democracia que pone por encima de una manifestación espontánea y democrática de la ciudadanía el formalismo de una campaña electoral. Todo sea con tal de que nadie se salga de la democracia del sota, caballo y rey a la que nos quieren ceñir. Al menos, ahora que estamos viviendo esto por momentos, sabremos que si la situación se tensa y estas concentraciones acaban mal no será porque los indignados no sean pacíficos sino porque el Estado quiere reventar la verdadera fiesta de la democracia, el asambleísmo que ha hecho la conciencia cívica en Europa desde Pericles, la discusión pública y libre en el ágora. ¿Vendrá, como antaño, la policía a reventarlo todo?


Jóvenes.. y no tan jóvenes indignados
El País. 19 de mayo 2011


Disección del manifiesto de "Democracia Real Ya"
Quiero Un Dominio. 14 de mayo 2011

martes, 17 de mayo de 2011

DIOS Y EL ESTADO (1871)

Mijail Bakunin
Editorial El Viejo Topo.
200 páginas.

Toda autoridad temporal o humana procede directamente de la autoridad espiritual o divina. Pero la autoridad es la negación de la libertad. Dios, o más bien la ficción de dios, es, pues, la consagración y la causa intelectual y moral de toda esclavitud sobre la tierra, y la libertad de los hombres no será completa más que cuando hayan aniquilado completamente la ficción nefanda de un amo celeste.

Una de las más importantes obras libertarias jamás escrita es "Dios y el Estado", de Mijail Bakunin que no tiene otro objeto más que desmontar de una vez y para siempre los mecanismos de poder para someter al ser humano, mecanismos que siempre tienen detrás el principio de autoridad y que suelen ser, por un lado, la religión y, por otro, el Estado. Sin embargo, no se trata en absoluto de un “ataque gratuito” a unas convicciones religiosas sino del detallado desgranamiento de una tesis materialista contra la impostura de las servidumbres que se nos imponen desde lo desconocido. El autor, con todo su amplio conocimiento de filosofía, no sólo arremete contra los cimientos mismos de la religión, incluyendo el cristianismo, sino que desactiva los resortes de la filosofía idealista, peligroso apoyo intelectual de la religión y elemento clave en la configuración del principio de autoridad. Platón, Voltaire, Rousseau... No son pocos los que salen mal parados de esas páginas para que al final quede una conclusión elemental: la moral y toda la filosofía idealista; la religión misma y el Estado son los esbirros de la humanidad. Ni siquiera la sociedad se salva. Frente a todo eso sólo cabe una salida: la libertad. Romper definitivamente las viejas cadenas y ser libre.

En todos estos casos, para la humanización misma del individuo, su rebelión contra la sociedad que lo ha visto nacer se hace indispensable.

Y no será porque Mijail Bakunin no fuera un hombre de acción. Él mismo supo romper con todo su “ser social” en tanto que miembro de una familia acomodada de la Rusia zarista. Nada más lejos de realizar el destino que su posición social le tenía deparado, Bakunin se marchó de Rusia y tuvo una vida intensa como pensador y, especialmente, actor libertario. Apenas sí pudo escribir obras extensas de seguido y ésta, junto con Estatismo y anarquía, es la obra más completa y acabada que de él se conserva.

sábado, 14 de mayo de 2011

Disección del manifiesto de "Democracia Real Ya"

Mañana hay una convocatoria en las calles de toda España. Asociaciones como "Juventud sin Futuro" o "Democracia Real Ya" parecen estar tomando el control del descontento social que, inevitablemente tenía que traer la situación de desastre político y económico de nuestro país. No obstante, después de haber leído el mafiesto de "Democracia Real Ya", tengo que decir que le pondría muchas objeciones.

A estas asociaciones y manifiestos no les falta buena voluntad. Sin embargo, desde mi punto de vista, yerran el tiro a la hora de plantear los verdaderos retos de España y sus necesidades de reforma. Para empezar, comienzan con una declaración de derechos pecualiar que, cuando menos, escandalizaría a cualquier entendido en derechos humanos y que nos da un alcance de por dónde va el movimiento. La Libertad ni siquiera se menciona.
Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.

Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.

Cualquiera diría que es la declaración de principios de un déspota ilustrado. Especialmente la parte del bienestar y la felicidad. ¿Desde cuándo tiene un Estado que preocuparse de eso? ¿O es que ha llegado ya 1984? Eso parece.


El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.


Luego continúan con una afirmación desconcertante. ¿Qué es lo que buscan? En primer lugar, parece que apuntan bien en el sentido de que el problema es el funcionamiento del sistema no el sistema en sí. Sin embargo, no apuntan estrategias que puedan solucionar ese mal funcionamiento. De hecho, todo parece ir a peor en el manifiesto conforme se sigue leyendo. Convengo en que la democracia española está secuestrada por los dos grandes partidos y en que los políticos "ni siquiera" escuchan a los ciudadanos. Es cierto que la representación ha fracasado. El sistema no funciona como debería funcionar, pero, entonces, habría que ir a un análisis más detallado de cuáles son los problemas del sistema electoral y cómo puede mejorarse la representación y reforzar el escrutinio de la opinión pública sobre los políticos. Después de todo, el grave problema que tiene España a nivel político proviene del corrupto sistema de representación que tenemos y de la gravísima carencia de control. Ya lo decían los liberales: el poder absoluto corrompe absolutamente (Lord Acton). Por eso la democracia española necesita una refundación. Nada de eso está en este manifiesto. En cambio, las señoras y caballeros tienen una teoría marxista rediseñada para la ocasión a la que yo llamaría la teoría de la lucha en espiral de las clases (haciéndome eco del párrafo citado abajo).

Esta teoría sostiene que el sistema económico es obsoleto y antinatural porque prima la acumulación de riqueza sobre la eficacia y el bienestar de la sociedad despilfarrando recursos, etc. ¿Qué es esto? ¿A quién se le ha ocurrido semejante teoría económica? Concedo que es una vergüenza que haya podido producirse la burbuja financiera que se ha producido y que nadie haya pagado por ello, salvo los contribuyentes. Claro que hay que depurar responsabilidades y favorecer la igualdad de oportunidades. Y eso pasa por una reforma profunda del sistema monetario, probablemente más en la línea de lo que promueve la escuela austriaca de economía que de lo que proponen los socialdemócratas. En cualquier caso, el manifiesto ni siquiera entra en este tema. Se limita a hacer una afirmación de principios antieconómicos que van en contra de los pilares mismos de la economía de libre mercado. Por otro lado, pretende, equivocadamente, que un sistema que no premie la acumulación de capital sea eficiente y no despilfarre. Precisamente las mayores ineficiencias de nuestro sistema, algunas escandalosas, vienen de la falta de libertad económica, de la intervención del Estado que, para garantizar esa lista de derechos de buffet libre, asigna los recursos siguiendo todos los criterios imaginables menos el del beneficio económico.

El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.

La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.

Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.

Después de los tópicos de barra de bar, es cierto que hace falta una revolución, pero la palabra Revolución Ética simplemente me da escalofríos. No se trata de vivir una contrarrevolución moral en la que se le vuelva a "negar la comunión" (en sentido figurado) a los banqueros como antaño, también, a las prostitutas. Se trata de reforzar los mecanismos que hacen eficientes al sistema y minimizar ineficiencias. El funcionamiento del sistema financiero tal cual se ha venido dando parece insostenible y, si no se reforma el sistema de raíz, volveremos a ver burbujas financieras aún más peligrosas conforme los mercados sean más globales y con los tipos de interés de los niveles actuales. Por otro lado, el sector público necesita una reforma radical. La acaparación actual de recursos del Estado ha sido posible en medio de las burbujas actuales y manteniendo unos niveles de apalancamiento que se han demostrado insostenibles. Hay que acabar ya con la dualidad "funcionario-empleado del sector privado". Si estos señores de verdad quieren acabar con ineficiencias del sistema, hay que acabar con los puestos vitalicios (y ya veríamos como se reduce el absentismo laboral), con esos horarios laborales a costa del resto de los españoles y, por supuesto, hay que adelgazar el Estado. Más educación, más sanidad públicas, no necesariamente en régimen de prestación directa por parte del Estado, y se acabó con las subvenciones a las industrias, al campo y demás programas públicos para "fomentar" o "incentivar" unos u otros sectores o actividades. Una simplificación de la tributación es imprescindible y llevar al mínimo los requisitos para crear empresas debería ser un imperativo. Sin mencionar la reforma del sistema judicial. Por otro lado, hay que mejorar el control del gasto público y limitar drásticamente los gastos de los cargos públicos. Quizás sería buena idea mirar a Alemania y ver lo que hicieron ellos hace unos años para atajar el gasto público.

En cualquier caso, sí es cierto que sin masivas manifestaciones en las calles, sin una amenaza real de desestabilización del régimen político (lo cual puede ser perfectamente pacífico), estas reformas parecen una utopía. Así que sí es cierto que la jornada de protesta de mañana, más allá del descabezamiento intelectual y la ausencia de estrategia propias de este tipo de movimientos, tenga la utilidad de poner a los burócratas de arriba a trabajar para que el sistema funcione un poco mejor y así, al menos, la gente se calle. La historia, por desgracia, ha demostrado que es la única manera. Y el sistema capitalista tiene ya una acreditada capacidad de regeneración frente a amenazas de este tipo, como la del comunismo en su día. Así que después de todo, tal vez no sería mala idea no sólo la jornada de mañana sino una detrás de otra todos los días hasta que se haga algo de verdad, no el maquillaje que están aplicando para contentar a la UE y el FMI.



Para botón de muestra del cariz intelectual que tienen estas protestas:




martes, 10 de mayo de 2011

No saben ni lo que gobiernan

El Metrobus es el "abc" de un madrileño. Lo que salva a buena parte de la clase media, a la clase trabajadora y a los estudiantes. Así las cosas, el Consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, en plena precampaña electoral y a preguntas de un miembro del PSM en la Asamblea, ha mostrado una ignorancia supina al afirmar -encima con mofa- que el Metrobus ¡no existe!

Después de hacer una pequeña recopilación de datos, me he permitido elaborar un gráfico para ilustrar la gravedad de la subida de los precios en el Metrobus desde 2003 y lo insultante que resulta, por tanto, la ignoracia del Consejero. En él podéis ver lo que ha subido el precio del Metrobus desde 2003 y lo que habría subido si se hubiera aplicado la inflación de cada año (el dato de 2011 son las estimaciones de enero de Eurostat). Es evidente que cuando se aprueban las nuevas tarifas, el dato definitivo de inflación del año entrante no se conoce, pero la Consejería podría haber empleado estimaciones, muchas veces similares a la inflación real. En cualquier caso, esto nos da una idea de lo disparatadas que han sido las subidas. ¡De aplicar sólo la inflación, un Metrobus costaría ahora 6,39 euros!

No sólo la ignorancia del Consejero sino su arrogancia en la respuesta y la terrorífica ovación de la bancada popular, que parece completamente ajena a la realidad del Transporte Público en Madrid, pone en evidencia hasta que punto los políticos están al margen de la realidad. Pero lo más doloroso de esto es que los mayores incrementos en relación con la inflación se han producido desde la gran crisis global, que era precisamente cuando los ciudadanos más necesitaban, cuando menos, una subida ajustada a la inflación, si no una congelación de las tarifas. Sencillamente vergonzoso. Si nuestros "representantes" han llegado a tal grado de separación, si nuestros votos han sido corrompidos en tal medida, la única opción que le queda a la gente decente y pacífica es, simplemente, dejar de votar o votar en blanco. A ver si, por lo menos, les quitamos la arrogancia.


Elaboración propia: si quieres conocer mis fuentes o los cálculos, escríbeme


Aquí el vídeo de la vergüenza:



Nolesvotes.com

sábado, 7 de mayo de 2011

Juguemos a que nos gusta el Tribunal Constitucional un día sí y otro no


El concepto que los españoles tienen del Tribunal Constitucional está bastante claro hace desgraciadamente algunos años y ayer estuvieron a su propia altura.
Federico Trillo, ocasional pagador de limosnas a periodistas

A lo largo de mis estudios he tenido la ocasión de analizar a fondo varias sentencias del Tribunal Constitucional y, desde entonces, he tenido en gran estima su labor y la importancia que tiene su presencia para la salud del sistema democrático español. Sin escapar del todo a alguno de los males que atacan al sistema judicial español, especialmente el de la saturación, el hecho de ser el único tribunal que admite a magistrados que no sean jueces de carrera aporta un elemento interesantísimo que enriquece sus sentencias y aporta rigor e independencia.

La ley de partidos políticos es un instrumento peligroso si no existen los controles oportunos. Da el poder de ilegalizar partidos y de prohibirles presentarse a unas elecciones y, dada la situación de ETA-Batasuna, ese paso era necesario. La democracia debe defenderse del terrorismo incluso impidiendo que el apoyo a éste se le preste desde las mismas instituciones y, si eso supone ilegalizar un partido, entra dentro de la lógica de respeto que se espera de los partidos políticos en una democracia (no que tomen apuntes de las rutinas de los compañeros de bancada para que luego otro les espere fuera con una pistola). Eso lo hemos entendido muchos españoles, incluso entendemos que es una exigencia democrática. Pero con esto hay que tener precauciones. Los demás partidos no pueden jugar a que aceptan las sentencias cuando éstas ilegalizan partidos y que no las aceptan cuando rechazan la ilegalización (o la concurrencia a unas elecciones como es este caso). Y éste empieza a ser ya un juego recurrente.

Ignoro los motivos de fondo para evitar que Bildu se presente o no a estos comicios, pero sé que el Tribunal Constitucional ha demostrado en su historia el rigor y la profesionalidad suficiente como para hacer respetar escrupulosamente los derechos humanos en nuestro país. Y ha funcionado. El prestigio de España como país democrático se debe en buena medida a que tenemos un gran sistema legal de garantías de los derechos y libertades fundamentales, además de tener ratificados con contadas matizaciones todos los Tratados y Convenios Internacionales en materia de derechos humanos que tienen a bien informar la doctrina del Constitucional. Así que más allá de que Bildu deba o no concurrir a las elecciones, tema que no conozco en absoluto con el suficiente detalle, debemos alegrarnos de que el sistema haya funcionado y de que el Tribunal Constitucional haya emitido sentencia le pese a quien le pese, como ha hecho siempre, al menos en materia de derechos humanos. Así que cuando a algún etarra se le ocurra venir con la milonga de la opresión franco-española y demás miserias intelectuales para justificar la violencia, el horror y la muerte, los españoles, también ellos, podremos decir que no tenemos ninguna duda de que desde 1978 España tiene uno de los sistemas legales más garantistas del mundo. Para botón de muestra: esta sentencia. Si incluso en casos dudosos como éste, el Constitucional votara siempre sin escisión por el sí a la prohibición de concurrir a las elecciones, sospecharía. Como no siempre es así, parece que se están haciendo bien las cosas. ETA o no, la historia lo dirá. Mientras tanto, tendremos la conciencia tranquila sabiendo que al menos, por ahora, aunque algunos políticos no quieran, la democracia está a salvo.



El Constitucional da vía libre a Bildu para acudir a las elecciones
El País. 5 de mayo 2011.

martes, 3 de mayo de 2011

El avance de la extrema derecha en Europa

Os dejo con los reportajes de El País del domingo pasado sobre el avance de la extrema derecha en Europa. Alarmante.

Le Pen ya compite por la presidencia
Antonio Jiménez Barca. El País. 1 de mayo 2011.

Umberto Bossi o el odio al diferente
Miguel Mora. El País. 1 de mayo 2011.

El peligro llama a la puerta en España
Luis Meyer y Pablo García. El País. 1 de mayo 2011.
Lluis Bassets. El País. 1 de mayo 2011.