Nunca pensé que fuera a sacarle tanto provecho a un documental de la 2. En el de ayer aparecían unos simpáticos simios conocidos como papiones que viven en la sabana africana, con una dieta a base de vegetales, a veces algo de carne fresca y unas relaciones sociales aparentemente poco complejas. Los papiones son animales territoriales como nosotros y, cuando llega la época estival y la comida escasea, las familias de papiones tienen ciertos roces por el territorio y sus respectivas fuentes de comida. Me resultó bastante curioso cómo mantenían sus disputas territoriales. Rara vez había heridos. Se limitaban a hacer una exhibición de fuerza y a gritarse improperios. En ese momento recordé que lo menos que hace nuestra especie en esa situación es invadir el territorio del enemigo y tomar por la fuerza los recursos ajenos no sin muertos, heridos y desplazados (o al menos es lo que se ha hecho de forma generalizada hasta hace poco y lo que aún se estila en muchas partes del mundo). Entonces pensé: valiente ironía la del destino que había hecho evolucionar hacia la inteligencia a una especie que en no pocas ocasiones había demostrado ser tan desalmada y no a otra especie de simios, como la de los papiones o, incluso mejor, la de los bonobos, más pacíficas con sus semejantes. Pero, en fin, la cuestión de los bonobos da para otra entrada que podría titularse: los bonobos y el puritanismo. Aunque éste es otro tema.
Es 6 de enero, es el día de los Reyes Magos
Hace 1 año
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