martes, 7 de septiembre de 2010

¿Es posible esto en Europa?

Las polémicas deportaciones de gitanos que está realizando el gobierno francés nos está dejando anonadados. Que un gobierno deporte indiscriminadamente a ciudadanos de una determinada etnia es preocupante, que eso pase en un país como Francia donde por desgracia ya hubo deportaciones masivas hace unos setenta años lo hace más preocupante aún. En Europa no tenemos pedigrí suficiente como para permitirnos este tipo de deslices, dada nuestra historia, más al contrario, deberíamos ser un ejemplo de respeto a los derechos humanos en todo el mundo. Y, sin embargo, vamos dando ideas xenófobas, por ejemplo, a Arizona, Estado que claramente se ha inspirado en la descabellada idea de Berlusconi de que una persona, por no tener la documentación en regla, comete ya un delito por el cual puede ser detenida. Y lo peor de todo es que ¿dónde quedan las garantías que creíamos apropiadas para defender los derechos humanos? Si Sarkozy, que no es precisamente un nazi, puede cometer semejante abuso de poder sin que suceda nada, ¿qué no podría hacer un gobernante, digamos, mucho más próximo a la ultraderecha? ¿En qué quedan esas garantías, dónde está la salvaguarda de nuestros derechos y, peor aún, dónde queda la tradición republicana francesa de libertad, igualdad y fraternidad? La lamentable política migratoria de la UE, cuyos efectos perversos se están viendo acrecentados con la crisis, no es más que la falla de un sistema que busca donde debe desconfiar, en el poder político, la protección de las libertades individuales.

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El País. 4 de septiembre 2010.

El País. 18 de agosto 2010.

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