El País. 12 de abril de 2010
Después de todos los escándalos que han ido saliendo a la luz, parece que en el Vaticano han entrado en razón y dan instrucciones, al fin, para que los casos de abusos sexuales sean denunciados (lo contrario, esto es, no decir nada, perdonar y lavar "los trapos en casa", por más que lo hicieran antes, no dejaba de ser completamente ilegal e inadmisible). Que sigan practicando el perdón si quieren, pero mientras los pederastas cumplen sus años correspondientes en la cárcel. A ver si se terminan ya, de una vez, los años de doble moral y de excesiva "santa" indulgencia.
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