La definitiva liberación de la mujer sólo vendrá de la equiparación de roles en el hogar. Este es un problema sobre el que seguramente han corrido ríos de tinta y, desde mi punto de vista, es evidente que la solución pasa por que las mujeres se rebelen ellas mismas contra el impulso que tienen en algunas ocasiones de ocupar esos roles sin cuestionarlos y, especialmente, sin destruirlos. Acabar con ese ídolo: la mujer que es esposa y madre, ama, señora y sirvienta de su hogar es imprescindible. Sería precioso que la mayoría de los hombres contribuyeran a eso aunque me temo que eso no va a suceder: la inercia y la comodidad juegan en esto en contra del cambio y, por consiguiente, en contra de la mujer. De modo que, mujeres, ¡uníos y aplicad la receta de la Blasa!
Es 6 de enero, es el día de los Reyes Magos
Hace 1 año
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