martes, 15 de marzo de 2011

El Estado del Bienestar británico, los recortes y la Big Society

El Reino Unido cuenta con un poderoso Estado del Bienestar. El país que vio nacer la revolución industrial y, con ella, el capitalismo comenzó a ver la intervención pública a finales del XIX y durante el XX, después de la IIª Guerra Mundial, edificó los principales pilares que constituyen actualmente la educación o la sanidad públicas. Pero este “welfare State” va mucho más lejos, no se limita a los servicios prestados por los ayuntamientos o el gobierno como el NHS, sino que se extiende en una amplia red de subvenciones o “benefits” que han creado lo que se ha dado en llamar la “benefits culture” o cultura de las subvenciones: gente que, pudiendo trabajar, vive a costa del Estado sin dar un palo al agua o haciendo alguna chapuza que otra.

Según lo que oí en el “Breakfast Show” de BBC London la semana pasada, una persona que reciba ayudas para buscar trabajo, ayudas de los ayuntamientos y ayudas para vivienda puede costarle al Estado hasta 250 libras a la semana. Pero lo que es peor no es tanto que se ayude a quien realmente lo necesite con el fin de que consiga un buen trabajo y pueda vivir por sí mismo sino que mucha gente está sin trabajar y cobrando subvenciones por largos periodos de tiempo hasta el punto de convertirse en alguien completamente dependiente del Estado, ya que nadie con ese historial laboral es fácilmente contratable, mucho menos en la actual coyuntura. Así, según estimaciones del experto David Freud 1,9 millones de británicos que están cobrando subvenciones podrían trabajar.

En esta situación, ¿cómo está afectando la crisis al Estado del Bienestar británico? Desde que David Cameron llegó al poder, su gobierno de coalición no ha hecho más que recortar el presupuesto: desde las ayudas a las universidades hasta la sanidad pública pasando por las Fuerzas Aéreas o las bibliotecas. Todo en el Reino Unido está en revisión y eso afecta, claro está, al sistema de ayudas sociales o “benefits”. Aún no se conocen todos los detalles de los recortes, que siempre están en las noticias, pero sí podemos hacernos a una idea sobre qué es lo que, de verdad, quiere David Cameron que sea la Big Society: una forma de que aquellos subvencionados del gobierno británico que puedan colaboren a nivel local como voluntarios para suplir tareas tradicionalmente desempeñadas por los ayuntamientos.

El concepto de “Big Society” ha despertado muchos recelos y se ha considerado, la más de las veces, un mero pretexto para justificar los recortes: lo es. El Estado británico tenía que paliar el déficit y, entre las cosas insostenibles, lo eran muchos servicios hasta ahora llevados por ONG's subvencionadas (todo un sector muy lucrativo en el país). Movilizar a esa fuerza de trabajo a la que se le paga por no trabajar (casi dos millones de británicos) y ponerlos de vuelta al mercado laboral a través de puestos intermedios de voluntarios puede ser una forma práctica y muy británica de reinserción laboral, además de suponer un ligero acicate para la economía local. Ahora bien, lo que pone de manifiesto es hasta qué punto un perverso sistema de protección social puede generar mayores problemas de los que pretendía solucionar. Aún desconocemos si los que están en “benefits” tendrán que contribuir con la sociedad y de qué manera, pero todo apunta a que será así en el marco de la “Big Society”, lo que puede hacer realidad nuestros peores temores: el Estado ya es el agente más influyente en la vida de muchos británicos de una forma pasiva (a través del pago de subvenciones), ahora podrá llevar su paternalismo al plano de la proactividad. La “Big Society” puede acabar siendo un “Big Brother” orwelliano y el hecho de que Londres esté lleno de cámaras de seguridad no ayuda. ¿Habrá llegado ya 1984?

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Frank Field, última actualización a 3 marzo 2011, BBC

Steve Schifferes, 4 agosto 2005, BBC

Rachel Sylvester y Alice Thomson, 3 febrero 2008, The Telegraph

2 comentarios:

Israelem dijo...

No había pensado en lo que comentas, pero, la única forma de disminuir el Estado, es disminuirlo, parece muy obvio pero es así.

Como tú bien dices cuando el Estado quiere hacer algo, los efectos son los contrarios, por eso lo que tiene que hacer es quitarse de en medio y disminuir su tamaño, seguro que los británicos que vivan del estado se ponen las pilas, mano de santo, jeje.

Un saludo.

Pepe Soldado dijo...

Pues a ver qué pasa, pero de momento no las tienen todas consigo. No sé si el Estado va a perder verdaderamente poder o simplemente va a recuperar lo que es suyo: las horas que le ha estado pagando a tanta gente por no trabajar. Ya veremos.

Un saludo.