lunes, 15 de agosto de 2011

Visita Papal

Lo que en cualquier país civilizado es lo más normal del mundo se considera en España una falta de respeto o algo fuera de lugar. El típico “si no les gusta el Papa, que no vayan, pero tampoco que protesten” forma parte diría yo de una complacencia con la iglesia católica propia de años de enseñanza religiosa que a veces parecen haber hecho mella en el sentido crítico de muchos.

Vistas las reacciones contra las protestas contra la visita del Papa, me parece de sentido común recordar algunas cuestiones. En primer lugar, que el Papa, como cualquier persona, especialmente como cabeza de una de las instituciones más poderosas y, sobre todo, influyentes del planeta, está sujeto a críticas. Que esas críticas son perfectamente legítimas en una sociedad democrática, siendo ésta una que valore la pluralidad de opiniones, también aquellas que molesten a una mayoría religiosa. Que dichas críticas y protestas deben realizarse respetando también a los católicos y los actos organizados con motivo de estas jornadas, que para eso los católicos son ciudadanos, como todos los demás para casi todo, y ciudadanos de primera en algunos asuntos.

Dicho esto, considero fuera de lugar la propuesta del 15M de ocupar colegios públicos ofrecidos con motivo de estas jornadas ya que interferiría en su puesta en marcha y desarrollo. Si bien esto no obsta que se proteste también por esta medida. El resto de protestas, incluido el boicot comercial están perfectamente amparados por la constitución. No veo por qué a algunos les indigna que haya gente que quiera protestar. Comprendo que puedan no estar de acuerdo, pero tampoco se puede pretender que la gente se calle porque sea el Papa el que habla.

De hecho, a modo de ejemplo de lo que sería deseable en este tipo de casos, citaría lo sucedido en septiembre del año pasado en Londres con motivo de la visita del Papa al Reino Unido, cuando una marcha de miles de personas tuvo lugar en el centro de Londres en contra de ciertas posturas que mantiene el Papa sobre ciertos asuntos como los anticonceptivos, la ordenación de mujeres, la homosexualidad o el abuso de menores en su seno. Esta manifestación se vivió con la mayor naturalidad incluso por miembros de la iglesia católica local, nada más lejos de algunas actitudes nacionalcatólicas que se ven en la sociedad española, por desgracia, no tan diversa en esto como la sociedad británica. En resumidas cuentas, resulta razonable que el Papa quiera visitar distintos países y encontrarse con sus comunidades allí donde va. No resulta tan razonable, en cambio, que haga manifestaciones que interfieren con el derecho interno (si quiere tener tratamiento de jefe de Estado que lo tenga para todo, no sólo para lo que lo quiere) ni que algunos se sorprendan porque haya quien quiera protestar y lo critiquen. Ese tipo de actitudes dicen mucho de un país y no para bien.

José Manuel Vidal, El Mundo, 7 de junio 2011

BBC News, 18 September 2010

1 comentario:

Miguel dijo...

Te respondo con esta entrada
http://quieroundominio.blogspot.com/2011/08/re-visita-papal_16.html