Una de las intervenciones más brillantes que le he oído a Felipe González recientemente tuvo lugar el 10 de junio coincidiendo con la conmemoración del primer centenario de socialistas en el Congreso. Se nota que se encuentra cómodo, como él mismo señala, y eso da lugar a comentarios sinceros y a alguna crítica interesante sobre la gestión de la crisis del euro en España. Los medios de comunicación destacaron sus palabras pidiendo "militancia" especialmente en tiempos de crisis, pero no cabe duda de que lo más interesante de su intervención, lejos de estar en esa "profesión de fe", está más bien en lo que matiza. Por último, destaco su análisis de la coyuntura actual de la UE y de la necesidad de afrontar las reformas que se han venido aplazando en las últimas décadas. Es una pena que los políticos europeos no quieran a líderes de este perfil y carisma al frente del proyecto comunitario.
Es 6 de enero, es el día de los Reyes Magos
Hace 1 año
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