El 31 de marzo tuvo lugar la emisión del programa de Redes "La pendiente resbaladiza de la maldad", en el que Eduardo Punset analiza con el psicólogo Philip Zimbardo el famoso experimento de la Universidad de Stanford. La inquietante cuestión que aborda este programa es hasta qué punto un ser humano que tiene poder para hacer daño a otro va a hacerlo y hasta qué punto es capaz de llegar si se lo ordenan. Después de ver el programa, sólo he podido pensar en esa célebre cita de Lord Acton: "todo poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente". Las repercusiones que investigaciones como éstas tienen nos plantean un problema político fundamental, esto es, la naturaleza intrínsecamente mala del poder mismo y si todo poder, como sostienen los anarquistas, debe ser abolido o no. Por desgracia, parece que el ser humano está perfectamente preparado para funcionar bajo la autoridad y hacer, en la mayoría de los casos, lo que ésta pida sin protestar demasiado.
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