sábado, 14 de mayo de 2011

Disección del manifiesto de "Democracia Real Ya"

Mañana hay una convocatoria en las calles de toda España. Asociaciones como "Juventud sin Futuro" o "Democracia Real Ya" parecen estar tomando el control del descontento social que, inevitablemente tenía que traer la situación de desastre político y económico de nuestro país. No obstante, después de haber leído el mafiesto de "Democracia Real Ya", tengo que decir que le pondría muchas objeciones.

A estas asociaciones y manifiestos no les falta buena voluntad. Sin embargo, desde mi punto de vista, yerran el tiro a la hora de plantear los verdaderos retos de España y sus necesidades de reforma. Para empezar, comienzan con una declaración de derechos pecualiar que, cuando menos, escandalizaría a cualquier entendido en derechos humanos y que nos da un alcance de por dónde va el movimiento. La Libertad ni siquiera se menciona.
Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.

Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.

Cualquiera diría que es la declaración de principios de un déspota ilustrado. Especialmente la parte del bienestar y la felicidad. ¿Desde cuándo tiene un Estado que preocuparse de eso? ¿O es que ha llegado ya 1984? Eso parece.


El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.


Luego continúan con una afirmación desconcertante. ¿Qué es lo que buscan? En primer lugar, parece que apuntan bien en el sentido de que el problema es el funcionamiento del sistema no el sistema en sí. Sin embargo, no apuntan estrategias que puedan solucionar ese mal funcionamiento. De hecho, todo parece ir a peor en el manifiesto conforme se sigue leyendo. Convengo en que la democracia española está secuestrada por los dos grandes partidos y en que los políticos "ni siquiera" escuchan a los ciudadanos. Es cierto que la representación ha fracasado. El sistema no funciona como debería funcionar, pero, entonces, habría que ir a un análisis más detallado de cuáles son los problemas del sistema electoral y cómo puede mejorarse la representación y reforzar el escrutinio de la opinión pública sobre los políticos. Después de todo, el grave problema que tiene España a nivel político proviene del corrupto sistema de representación que tenemos y de la gravísima carencia de control. Ya lo decían los liberales: el poder absoluto corrompe absolutamente (Lord Acton). Por eso la democracia española necesita una refundación. Nada de eso está en este manifiesto. En cambio, las señoras y caballeros tienen una teoría marxista rediseñada para la ocasión a la que yo llamaría la teoría de la lucha en espiral de las clases (haciéndome eco del párrafo citado abajo).

Esta teoría sostiene que el sistema económico es obsoleto y antinatural porque prima la acumulación de riqueza sobre la eficacia y el bienestar de la sociedad despilfarrando recursos, etc. ¿Qué es esto? ¿A quién se le ha ocurrido semejante teoría económica? Concedo que es una vergüenza que haya podido producirse la burbuja financiera que se ha producido y que nadie haya pagado por ello, salvo los contribuyentes. Claro que hay que depurar responsabilidades y favorecer la igualdad de oportunidades. Y eso pasa por una reforma profunda del sistema monetario, probablemente más en la línea de lo que promueve la escuela austriaca de economía que de lo que proponen los socialdemócratas. En cualquier caso, el manifiesto ni siquiera entra en este tema. Se limita a hacer una afirmación de principios antieconómicos que van en contra de los pilares mismos de la economía de libre mercado. Por otro lado, pretende, equivocadamente, que un sistema que no premie la acumulación de capital sea eficiente y no despilfarre. Precisamente las mayores ineficiencias de nuestro sistema, algunas escandalosas, vienen de la falta de libertad económica, de la intervención del Estado que, para garantizar esa lista de derechos de buffet libre, asigna los recursos siguiendo todos los criterios imaginables menos el del beneficio económico.

El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.

La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.

Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.

Después de los tópicos de barra de bar, es cierto que hace falta una revolución, pero la palabra Revolución Ética simplemente me da escalofríos. No se trata de vivir una contrarrevolución moral en la que se le vuelva a "negar la comunión" (en sentido figurado) a los banqueros como antaño, también, a las prostitutas. Se trata de reforzar los mecanismos que hacen eficientes al sistema y minimizar ineficiencias. El funcionamiento del sistema financiero tal cual se ha venido dando parece insostenible y, si no se reforma el sistema de raíz, volveremos a ver burbujas financieras aún más peligrosas conforme los mercados sean más globales y con los tipos de interés de los niveles actuales. Por otro lado, el sector público necesita una reforma radical. La acaparación actual de recursos del Estado ha sido posible en medio de las burbujas actuales y manteniendo unos niveles de apalancamiento que se han demostrado insostenibles. Hay que acabar ya con la dualidad "funcionario-empleado del sector privado". Si estos señores de verdad quieren acabar con ineficiencias del sistema, hay que acabar con los puestos vitalicios (y ya veríamos como se reduce el absentismo laboral), con esos horarios laborales a costa del resto de los españoles y, por supuesto, hay que adelgazar el Estado. Más educación, más sanidad públicas, no necesariamente en régimen de prestación directa por parte del Estado, y se acabó con las subvenciones a las industrias, al campo y demás programas públicos para "fomentar" o "incentivar" unos u otros sectores o actividades. Una simplificación de la tributación es imprescindible y llevar al mínimo los requisitos para crear empresas debería ser un imperativo. Sin mencionar la reforma del sistema judicial. Por otro lado, hay que mejorar el control del gasto público y limitar drásticamente los gastos de los cargos públicos. Quizás sería buena idea mirar a Alemania y ver lo que hicieron ellos hace unos años para atajar el gasto público.

En cualquier caso, sí es cierto que sin masivas manifestaciones en las calles, sin una amenaza real de desestabilización del régimen político (lo cual puede ser perfectamente pacífico), estas reformas parecen una utopía. Así que sí es cierto que la jornada de protesta de mañana, más allá del descabezamiento intelectual y la ausencia de estrategia propias de este tipo de movimientos, tenga la utilidad de poner a los burócratas de arriba a trabajar para que el sistema funcione un poco mejor y así, al menos, la gente se calle. La historia, por desgracia, ha demostrado que es la única manera. Y el sistema capitalista tiene ya una acreditada capacidad de regeneración frente a amenazas de este tipo, como la del comunismo en su día. Así que después de todo, tal vez no sería mala idea no sólo la jornada de mañana sino una detrás de otra todos los días hasta que se haga algo de verdad, no el maquillaje que están aplicando para contentar a la UE y el FMI.



Para botón de muestra del cariz intelectual que tienen estas protestas:




2 comentarios:

Israelem dijo...

Estos niñatos dan miedo la verdad. Aquí tienes mi entrada sobre el asunto: Yonkis buscando un chute

Pepe Soldado dijo...

Gracias por el enlace. Ya la había leído. De hecho, estuve por comentarte que yo llevaba un tiempo pensando en el tema después de haber leído el manifiesto. Resulta muy desconcertante y denota mucha ignorancia en temas económicos, pero tampoco andan desencaminados pidiendo ciertos derechos, aunque no sabemos cómo los garantizarían ellos.
En cualquier caso, creo que es bueno que en España se exprese el malestar social porque no era normal la situación que se estaba viviendo, siendo el país con más paro del mundo desarrollado.
De todas formas, viendo como la montan aquí los británicos cada vez que hay una manifestación de este tipo en Londres, confío en que los españoles estarán muy lejos de alcanzar ese nivel de violencia (si acaso en algunos puntos de Madrid y Barcelona). Deseo que la jornada sea tranquila porque, en todo caso, serían ellos los que tendrían las de perder.
Lo interesante es que la campaña electoral ya ha empezado y ningún partido va a monopolizar esto. Eso sí me parece un buen dato.

Un saludo.