Todos los años, como él mismo recordaba, en toda circunstancia, el presidente de los Estados Unidos de América pronuncia un discurso en el Capitolio ante ambas cámaras reunidas. El Presidente del Ejecutivo se dirige solemnemente al poder legislativo. Es todo un espectáculo imposible de imaginar en la parlamentaria europa. Dos poderes, dos auténticos poderes contrarrestados, pero unidos en la necesaria cooperación que requiere sacar un país adelante, se dan cita para formalizar uno de los ceremoniales más clásicos de la democracia más antigua del mundo. El discurso de este año ha sido brillante. Sin duda, Barack Obama es un gran orador, pero no sólo eso. Es todo el estadista a la altura de los tiempos que necesitábamos. Por suerte, Estados Unidos es un país acostumbrado a darse grandes personajes capaces de dar la cara en las situaciones difíciles. Aunque no comparto todo el discurso, sí quería compartir con vosotros su brillantez y de paso mi envidia. Porque ellos, los americanos, mal que le pese a muchos aquí sí saben hacer política, gran política. Mientras aquí contemplamos las "hijoputeces" de los asientos de Caja Madrid y el hundimiento del país en una tasa de paro disparada, mientras soportamos el discurso del "ahora no toca" y "no está en la agenda política" allí los políticos no tratan a la gente como niños inmaduros y lejos de huir de los grandes asuntos les plantan cara, los discuten y los abordan.
Es 6 de enero, es el día de los Reyes Magos
Hace 1 año
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