sábado, 1 de mayo de 2010

El 19 de marzo y el 2 de mayo*

Benito Pérez Galdós


Espasa, Biblioteca El Mundo. 194 páginas.


Gabriel Araceli es el joven protagonista, el narrador octogenario que recuerda con nosotros aquellos días convulsos para España. Él sólo piensa en casarse con Inés, una chica muy guapa un año menor que él. Por eso, va los fines de semana a Aranjuez a verla donde se ha trasladado recientemente su tío, el cura don Celestino, con quien vive. Será allí donde le cogerá el conocido como motín de Aranjuez, orquestado por seguidores de Fernando VII, que aprovechando el descontento popular y, con la aquiescencia de una guardia real sobornada por el Príncipe, consiguió hacer preso a Godoy y destronar a Carlos IV. Posteriormente, Inesilla se irá a vivir a casa de otros tíos suyos en Madrid, donde entrará a servir de incógnito Gabrielillo. Será en la villa donde se desarrolle la mayor parte de la trama.

Esta novela es, ante todo, una historia de amor y, más allá de eso, uno de los mejores retratos jamás escrito de la España de principios del siglo XIX. El afortunado que abre las páginas de este tercer Episodio Nacional, contempla asombrado el paisaje de la época, la vida de la Corte y del Real Sitio, las impresiones de personajes de todas clases y ocupaciones, la vileza de algunos y el heroísmo de casi todos. En medio de un drama personal, de una situación desesperada que lleva a los tres protagonistas a huir y a refugiarse en Monteleón, junto al parque de Artillería, estalla el pueblo llano con toda su furia contra el francés ocupante. Las primeras esperanzas puestas en Napoleón, la creencia de que venía a apoyar al Príncipe, ya rey, se desvanece. El pueblo asiste perplejo e indignado a la marcha obligada de los infantes hacia Francia. ¡Se los llevan!, decían. En esto, la artillería francesa carga contra la multitud. Empieza el levantamiento. Galdós nos pasea por todos los escenarios de ese dos de mayo, desde el Palacio Real hasta el Parque de Monteleón, y describe todas las atrocidades de la guerra. Es la guerra urbana, el jinete contra el civil y luego, el cuerpo a cuerpo. Las mujeres son importantes protagonistas de la escena. Los que están en sus casas también participan en la revuelta y arrojan todo tipo de objetos e incluso agua hirviendo contra los franceses. En medio de ese caos, viene el desasosiego de Gabriel por saber cómo están Inés y don Celestino. Tras la victoria enemiga, viene lo peor: el General Murat ordena una represión brutal. Las atrocidades que comete el ejército Napoleónico en Madrid la madrugada del 2 al 3 de mayo son inimaginables. Sólo Galdós, con su prosa, puede erizar el vello del lector ante tales horrores.

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[*] Artículo publicado en la revista El Búho, 2008.

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